| Descripción |
El 20 de septiembre de 1967, el artista Robert Smithson dejó de leer el New York Times y el libro de bolsillo que le acompañaban ("Un mundo devastado", de Brian Aldiss) y decidió bajarse del autobús donde viajaba desde Nueva York a su Nueva Jersey natal, para empezar a fotografiar, con una Instamatic 400, aquello que súbitamente se le presentaba como si fueran las ruinas de una ciudad que aún no había sido construida.
Lo que Smithson ve es una gran tubería, restos de una autopista en construcción, una grúa mecánica con una larga viga atada a ella, un cráter artificial, máquinas atrapadas en el barro, depósitos de coches usados, pero también los sonidos de una plataforma de bombeo o "el aire vidrioso de Nueva Jersey" atravesando toda la ribera. Este lugar, entendido como una gran imagen móvil, "parecía contener ruinas al revés, es decir, toda la construcción que finalmente se construiría. Esto es lo contrario de la ruina romántica, porque los edificios no caen en ruinas después de haberse construido, sino que alcanzan el estado de ruinas antes de construirse" (Robert Smithson, Un recorrido por los monumentos de Passaic, Nueva Jersey, Barcelona, GGmínima, 2006, p. 19)
A partir de esta experiencia, Smithson comienza a entender las ruinas no como mausoleos de memoria, donde los acontecimientos permanecen congelados, sino como espacios de actividad capaces de anunciar el futuro. Cyprien Gaillard filma la materialización de una arquitectura futura treinta y ocho años después. Y lo hace a través de una serie de planos fijos que recaen sobre los antiguos cimientos, ahora convertidos en construcciones modernistas.
En "The Smithsons" vemos los edificios de más de treinta pisos de las entidades financieras que hoy día conforman el paisaje de New Jersey. Pero lo hacemos con cierta distancia, la misma que Cyprien Gaillard experimenta al colocar su cámara en la isla de Manhattan para filmar de norte a sur los monumentos de estas ruinas modernas. Las imágenes están acompañadas por la voz de Morrisey, que nuevamente le canta a la soledad en primera persona con frases como I will feel so glad to go / Sing me to sleep (Me sentiré muy contento de partir / Cántame hasta que me duerma), imprimiendo sobre este atardecer urbano un plus de melancolía. Un engranaje de atmósferas y citas que le permiten a Cyprien Gaillard no solo poner en marcha conceptos relacionados con la entropía, sino además superponer subjetividades. El nombre de la banda (The Smiths) se mezcla con el nombre propio del descubridor de las "ruinas al revés", hasta convertir el "The Smithsons" del título en un juego de palabras cifradas. (Texto de Mariano Mayer, Catálogo Colección CA2M, 2010).
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